El móvil encima de la mesa, el sonidito recurrente de las notificaciones que llegan y, si estuviera en silencio, la vibración. El móvil como un miembro más de la familia y, como cada uno tiene uno, pues ya es más que numerosa. El móvil como una presencia ajena que, sin embargo, tiene consecuencias.
Aunque instituciones y expertos son reticentes a hablar de adicción cuando de jóvenes y telefonía inteligente se trata, la realidad es que los datos al respecto se recogen, por ejemplo, en la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2016-2017) presentada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad el pasado 8 de marzo.
En ella se desglosa que un 21% de jóvenes españoles entre 14 y 16 años realiza un «uso compulsivo de redes sociales e internet».Porcentaje que aumenta a medida que son mayores, alcanzando el 22,3% en aquellos que tienen 16 años; en plena adolescencia. Además, esta cifra supone un aumento del 4,6% respecto al año anterior.
(Ver noticia completa en El Mundo. 20/3/2018)